PERSPECTIVA, UNA APROXIMACIÓN (II)

El matemático Leonhard Euler fue, además de un eminente geómetra, un hombre que sabía mucho de ilusiones. Los trabajos matemáticos no le impidieron dedicar parte de su tiempo a perfeccionar la linterna mágica, una máquina de proyección muy novedosa para el siglo XVIII. En una ocasión escribió:

"Los pintores son los que con más frecuencia saben convertir en provechosa esta percepción ilusoria general y afín a todos. En ella se basa todo el arte pictórico. Si estuviéramos acostumbrados a juzgar las cosas por la propia verdad, este arte no podría existir, lo mismo que si fuéramos ciegos. En vano consumiría el pintor todo su arte en mezclar colores, nosotros diríamos; en esta tabla hay una mancha roja, una azul, aquí una negra y allí varias líneas blanquecinas; todo estaría en un plano, no se vería en él ninguna diferencia en las distancias y no sería posible representar ni un solo objeto".

Es difícil encontrar un escrito tan lúcido sobre pintura. Euler, que tuvo serios problemas de visión toda su vida y que murió ciego, deja bien claro que "el rey está desnudo". La pintura occidental está basada en la "percepción ilusoria general".  Se trata de captar la apariencia de aquello que vemos y de trasladarla a un lienzo entendido como una ventana. La herramienta para lograrlo es la perspectiva lineal.

Las líneas paralelas dispuestas en perpendicular a nuestra visión se ven convergiendo en un punto del horizonte.
 
Vemos que las vías del tren se juntan en el horizonte, pero nadie se montaría en un tren si creyese que, en realidad, las vías se acercan. Tampoco se nos ocurriría seguir avanzando hacia adelante en el túnel a no ser que, como Alicia en el País de las Maravillas, nos hiciésemos cada vez más pequeñ@s. Esa contradicción entre lo que vemos y lo que sabemos es importante para comprender la naturaleza ilusoria de la percepción humana y, por ende, de la representación perspectiva.

Los postes verticales parecen disminuir en altura según su situación se aleja del observador.

Acostumbrados a aceptar las paradojas visuales en la experiencia cotidiana, parece adecuado el recurrir a las ilusiones ópticas para recordar que lo que vemos no es lo que tenemos enfrente. Se trata de hacer "reflexionar" a nuestros ojos para intentar abstraernos del efecto ilusorio que nos absorbe. Un poco como en la película Matrix, aquí nuestra pastilla roja será la ilusión óptica descrita en 1911por el psicólogo italiano Mario Ponzo. En su trabajo, desarrollado en la Universidad de Turín y con el que abrió nuevos caminos en el estudio de las ilusiones visuales, Ponzo describió como la percepción del tamaño de los objetos dependía del contexto en el que se encontraban, de su entorno y de las experiencias previas.

ILUSIÓN DE PONZO- Dibujo de Mario Ponzo, a la izquierda el dibujo original y volteado a la derecha.

Citando a la Wikipedia "la mente humana estima la medida de un objeto basándose en su entorno" y la explicación para la ilusión de Ponzo "es la "hipótesis de la perspectiva ", que afirma que el efecto de perspectiva en la figura es producido por las líneas convergentes, normalmente asociadas con la percepción de la distancia. Esto es, cuando dos líneas oblicuas aparentan converger hacia el horizonte o un punto de fuga, se asocian subconscientemente con la visión en perspectiva de dos líneas paralelas que se alejan del espectador".

Vamos a utilizar el GIF animado como ayuda para ver ese efecto de manera más dinámica.

 Vemos el peluche superior más grande que el inferior...

 ...incluso si sabemos que son iguales.

O, dándole la vuelta, aun sabiendo que los dos coches son iguales (se trata de la misma imagen integrada en un espacio superior sin modificar su tamaño).


La verdad es que seguimos viendo más grande el de arriba.



Un par de datos para acabar de plantear un marco adecuado para la reflexión sobre lo que vemos frente a lo que sabemos. 

Se ha utilizado esta ilusión para diferenciar entre visión-perceptiva y visión-activa. Al parecer, cuando se trata de intentar medir con los dedos pulgar e índice, la gente no cae en la ilusión y adapta perfectamente la distancia a la medida real del segmento.

Además, parece que se han detectado variaciones culturales en la susceptibilidad a la ilusión de Ponzo. Los occidentales urbanitas seríamos más sensibles. 
Da que pensar, y más al recordar que la perspectiva lineal surgió en el marco urbano de los burgos y las ciudades-estado del Renacimiento italiano.

(Continuará).

Entradas populares de este blog