DE CIGARRAS, HORMIGAS Y JARDINES. El buen Esopo nunca se andaba por las ramas y, cuando escribía, iba directo al grano. Sus fábulas son breves e incisivas. La fábula de la cigarra y la hormiga es un buen ejemplo: Algo así como: La Cigarra y la hormiga Las hormigas trabajaron duro durante el verano recolectando alimentos, principalmente semillas. En el invierno, debido a la fuerte lluvia, los nidos se inundaron y el trigo almacenado estaba mojado, luego lo sacaron al sol para que se secara. Vino una cigarra que estaba muriéndose de hambre y les rogó que le dieran algo del trigo húmedo para poder vivir. Ellas respondieron: - ¿Por qué no lo recogiste cuando la cosecha para así poder tenerlo ahora? -Oh, no creas que yo era una vaga, estaba trabajando. - ¿Que trabajo hiciste? -Estaba cantando para complacer a las personas que trabajaban en los campos y a los que pasaban por allí. -Ya que cantabas entonces, ¡baila ahora! Una historia corta, dura y acerada.