ABSOLUTAMENTE ROMÁNTICA (y II)
Vamos con la tercera de las entradas dedicadas a recomendar películas, esta vez es "EL ÚLTIMO MOHICANO" en la versión de 1992 dirigida por Michael Mann.
THOMAS COLE.Escena de "El último mohicano" Cora arrodillada ante Tamemund 1827, Museo Metropolitano
de Arte Nueva York.

Mann es un director con una impresionante fuerza visual y lo deja bien claro en esta película. La fotografía de los enormes espacios abiertos norteamericanos es la verdadera protagonista en muchas escenas. Y la música contribuye a "abrir" aún mas las amplias perspectivas. Ambas, fotografía y música, hacen de esta película una obra de carácter monumental. Un logrado retrato del paisaje del Nuevo Mundo, de la inmensidad salvaje e indomable de la Frontera.
La acción se encuadra en las guerras Franco-Indias (1754 - 1763) libradas entre Inglaterra y Francia que utilizaron a las naciones indias como ejércitos aliados. La victoria de Inglaterra sobre Francia (en cuyas filas formaban la mayor parte de las tropas nativas) supuso el principio del fin de una de las más complejas culturas indígenas de Norteamérica.
El texto literario en que se basa la película es la obra The Last of the Mohicans: A narrative of 1757 del escritor estadounidense James Fenimore Cooper. Una novela romántica que usa el exotismo como vía de evasión frente a una sociedad asfixiante. El ansia romántica de libertad lleva a los artistas a la búsqueda de escenarios alejados de lo cotidiano, en el tiempo y en el espacio.
Escena del ataque de los guerreros hurones- El Último Mohicano
La obra de Cooper es heredera de una larga serie de novelas cuyos héroes pertenecen a pueblos no occidentales. El escritor francés Chateaubriand había iniciado esa moda con la novela Atala que tuvo un éxito enorme en 1801 (fue editada cinco veces en ese año). Los jóvenes románticos apreciaron esa historia de amor imposible. Y, aunque el autor indica en otros escritos que las virtudes de los protagonistas se deben a su condición de cristianos, no deja de hacerse evidente su simpatía por los salvajes indios.
Los pintores románticos harán suyo el tema de estas obras literarias y se sucederán las pinturas, dibujos y grabados inspirados en estas novelas desde "El funeral de Atala" de Girodet-Trioson a las ilustraciones del grabador Gustave Doré en Francia.
Y, como no podía ser de otra forma, las primeras escuelas artísticas americanas también se inspirarán en las novelas citadas: "Atala", "René" y sobre todo, ya que Cooper era norteamericano, "El último mohicano".
Los pintores de la escuela del río Hudson en particular, desarrollan un paisaje con un fuerte simbolismo que trata de alcanzar un "estilo elevado de paisaje" y de reflejar aspectos morales a la altura de otros géneros más valorados en ese tiempo como la pintura religiosa y la pintura histórica. Thomas Cole fue el fundador de esta escuela y pintó "Cora arrodillada ante Tanemund" inspirado en un pasaje de la novela.
También Emanuel Gottlieb Leutze pintara el óleo El último de los mohicanos en 1850, un año antes de su obra maestra Washington cruzando el Delaware.
La última oleada que reflejará en sus telas estas historias románticas la forman pintores latinoamericanos que, a pesar de su formación academicista, demuestran en estas obras una tendencia "pre-indigenista". Algunos, como los brasileños Augusto Rodrigues Duarte y Rodolfo Amoedo, responden a la influencia recibida en sus estancias de estudios en París. A ellos hay que sumar a Luis Monroy de la Escuela Contemporánea Mexicana.
GIRODET - TRIOSON Atala au tombeau, 1808 -Musée du Louvre.
TOMPKINS HARRISON
MATTESON. The Last of the Race
1846, The New York Historical Society,
Nueva York.
EMANUEL GOTTLIEB
LEUTZE, The Last of the Mohicans, 1850. Buffalo Bill Center
of the West.
JOHN MIX STANLEY
“The Last of the Race” 1857. Buffalo Bill Center of the West.
GUSTAVE DORÉ grabado para ilustrar Atala
y los Natchez de Chateaubriand, 1880.