PERSPECTIVA, UNA APROXIMACIÓN (III)

En la historia de la técnica se sabe que una innovación o un nuevo invento está destinado al éxito siempre que la sociedad donde se desarrolle esté preparada para aceptarlo.
En la mitad del siglo XIV Europa sufrió hambrunas, guerras y la Peste Negra, una pandemia que se llevó por delante a un tercio de la población de Europa según los cálculos más optimistas. La crisis precipitó el fin de la Edad Media y dejó el terreno preparado para una nueva sociedad. La cultura ve surgir, en los últimos años del siglo, un nuevo pensamiento que escapa de los rígidos moldes escolásticos y genera un movimiento humanista ansioso de luz y de contacto con el mundo natural. La imprenta, será el nuevo invento que servirá de motor para la expansión de las nuevas ideas que tendrán así un ámbito de influencia mayor y llegarán a sectores de la sociedad que antes no podían acceder al conocimiento.

GUIDA DA SIENA- Natividad- S XIII, Temple sobre tabla.

 En el Arte estos cambios suponen una variación del mecenazgo. Las poderosas órdenes religiosas dejan de ser los exclusivos clientes de los artistas al aparecer una más amplia y diversa demanda de objetos artísticos. Una nueva élite ciudadana ejerce una influencia creciente y lleva a una progresiva evolución, primero en el gusto y los temas, pero pronto en las técnicas y maneras. Un arte al servicio de lo espiritual, que intentaba plasmar los misterios religiosos a través del simbolismo da paso a un arte más preocupado por mostrar lo sensible, los fenómenos naturales y por narrar las historias de los hombres que tienen lugar en el mundo.
La elevación hacia las alturas que suponía la arquitectura gótica es sustituida por los amplios horizontes de la pintura renacentista. La pintura tomará el protagonismo ya que es la más apta para mostrar los nuevos espacios requeridos. Espacios de expansión y conquista, los escenarios donde tendrá lugar la celebración de la vida y el reencuentro con la naturaleza.

 GIOTTO DI BONDONE- San Francisco predicando a los pájaros. Detalle de la predela del retablo de los Estigmas de San francisco. Temple y oro sobre tabla. 1300, aproximadamente.

El punto de vista de la pintura medieval, el propio de una sociedad teocéntrica intenta ser el de la mirada de la Divinidad y la obra trata de captar la reverberación de una verdad superior alejada del mundo. El humanismo vuelve la mirada hacia ese mundo, porque ahora es la mirada del ser humano la que se coloca en el centro (antropocentrismo) y el cuadro muestra la realidad sensible que rodea al hombre.

El pasado romano de Italia, que es donde se desarrollan en primer lugar estas nuevas tendencias, impulsará el intento de volver a los valores del periodo clásico. El Renacimiento será un renacimiento de la antigüedad, la "Rinascita dell'antico". Las ruinas de los antiguos monumentos, las esculturas recuperadas en las excavaciones y un interés por los escritos de los autores griegos y romanos servirán de inspiración constante durante este periodo.


Los textos de Euclides, el matemático griego que recopiló todos los conocimientos de geometría que tenía el mundo antiguo, serán especialmente importantes para el desarrollo de las técnicas de representación utilizadas por los pintores renacentistas.

En su Óptica, Euclides describe el cono visual y los rayos visuales que son un claro antecedente de las nociones de rayo proyectivo, aunque el siempre creyó que surgían de los ojos.
Brunelleschi, pionero en el estudio de la perspectiva, Alberti, su amigo, continuador y el primero que llevó a un texto los descubrimientos sobre la perspectiva y también Masaccio, el gran pintor que plasmó en sus pinturas esos conocimientos; todos conocieron y estudiaron la obra de Euclides.

TRINIDAD- Masaccio. en torno al 1425. Pintura al fresco.

Los trabajos desarrollados por su maestro Brunelleschi y recogidos en texto por su amigo Alberti van a ser reflejados por el joven Masaccio en su pintura. La Trinidad está pintada en un muro de la iglesia de Sta. María Novella en Florencia, finge ser una más de las capillas laterales de la iglesia. Tanto por su concepción como por lo novedoso de su técnica es el manifiesto pictórico del primer Renacimiento y una de las cumbres de la pintura de todos los tiempos. El juego de ilusión, basado en un concienzudo estudio de perspectiva, construye un espacio dentro del que se desarrolla la escena. Los triángulos enmarcan la composición y el eje de simetría se ve reforzado por la alternancia entre colores fríos y cálidos.

CIUDAD IDEAL- Atribuido a Piero della Francesca. Temple sobre madera. En torno a 1480.

La perspectiva llegará a su madurez en la obra de Piero della Francesca, maestro indiscutible de la perspectiva, que aúna la condición de teórico geómetra con su calidad como pintor, uno de los más grandes de su época. La Pala de Breda es una obra de una incontestable belleza basada en una compleja construcción geométrica. Para intentar daros una idea tal vez os sirva el gif de más abajo.

Estudios sobre la geometría subyacente tras la PALA DE BREDA de Piero della Francesca.

Para acabar esta entrada, unas obras de algunos de los más grandes pintores Renacentistas que muestran ese punto de vista centrado en el hombre y el uso de la perspectiva para construir el espacio donde se desarrolla la narración, la ventana por donde se vislumbra la apariencia del mundo.
                                                                                                                                            (Continuará).

SANDRO BOTICELLI Y FILIPPINO LIPPI- Adoración de los Reyes. Temple sobre madera. En torno a 1470.

GENTILE E GIOVANNI BELLINI- Predicación de San Marcos en Alejandría- Óleo sobre lienzo. En torno a 1500.

ANDREA MANTEGNA- Lamentación sobre Cristo muerto. Temple sobre madera. En torno a 1475.

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